miércoles, 22 de junio de 2011

PHILIP W. JACKSON

BIOGRAFIA:

Philip W. Jackson es Profesor de la Universidad de Chicago. Con una larga trayectoria desde 1968 en que publica “Life in classroom” (la vida en las aulas).
Jackson es uno de los primeros investigadores que verdaderamente llega a prestar una gran atención a los comentarios que realizan los profesores acerca de su propio trabajo como profesionales y a todo lo que sucede en realidad en el interior de las aulas. Esto le permite advertir que la enseñanza es una actividad mucho más compleja de lo que la mayoría de las personas acostumbran a pensar. Su preocupación fundamental radica en comprender y describir los procesos mentales y las concepciones implícitas que poseen los docentes acerca de qué es la enseñanza.

Jackson, señala que existen tres condiciones constantes que caracterizan la dinámica social de la vida escolar:



ELOGIO: El alumno busca dentro del ámbito escolar ser reconocido, pues para el es muy importante lo  que los demás opinen o piensen acerca de su rendimiento escolar, buscando asi ser evaluado.

MASA: En el ámbito escolar es muy común trabajar en equipos o pequeños grupos de compañeros , esto puede a traer consecuencias a futuro pues el alumno se puede volver dependiente de trabajar siempre en equipos y cuando llegue el momento de valerse por si mismo puede fracasar al sentirse solo.

PODER: Esta condición es muy común pues a qui entran los conceptos a los que philip llamaba  poderoso y debil



De esta forma, los alumnos se enfrentan de tres maneras (como miembros de una masa, como receptores potenciales de elogios o reproches y como peones de las autoridades institucionales) a aspectos de la realidad que, al menos durante los años de su niñez, están relativamente limitados a las horas transcurridas en las clases.

  • Un profesor llega a tener hasta mil interacciones personales diarias. 
  • Es regulador que controla el flujo del diálogo en el aula. 
  • Es proveedor y distribuye los recursos materiales (relacionado con otorgar privilegios). 
  • Asigna deberes ambicionados (como participar del grupo de seguridad en el tránsito). 
  • Sirve de cumplidor del horario


Todas las tareas del profesor están ligadas por un tema en común. Responden de una forma u otra al hacinamiento en el aula. La actividad frenética del profesor tiene interés en el presente contexto sólo en cuanto esa conducta nos dice algo de cómo es la escuela para los que se encuentran en el extremo receptor de la acción del profesor. 

El don de la paciencia

Uno de los resultados inevitables de este control es la experimentación de la demora: esperar turnos para hablar, ser atendidos, recibir una respuesta; hacer colas, permanecer inmóviles. Otro es aprender a renunciar a los deseos y a esperar a que se cumplan.

Las interrupciones crean otro rasgo: mala conducta, comentarios irrelevantes, visitantes ajenos interrumpen la continuidad de las lecciones. Se espera que los alumnos ignoren estas distracciones sociales o que vuelvan rápidamente a sus actividades. También es necesario que el alumno ignore a los que tiene alrededor: que se comporten como si estuvieran solos . Demora, rechazo, interrupción y distracción social son demasiado importantes para que puedan ser ignoradas.

Los alumnos deben desarrollar la paciencia que más que un atributo moral es una estrategia de adaptación. Ser capaces de desligar sus sentimientos de las acciones y volver a sus sentimientos y acciones cuando las condiciones sean apropiadas.
Fracaso y éxito

A la edad escolar cada niño experimenta el dolor del fracaso y el júbilo del éxito, pero estos no se hacen oficiales hasta que no ingresa al aula. La evaluación dominará en sus años escolares. Constituye otro hecho importante de la vida en el aula de primaria.

Los exámenes se aplican en la escuela con más frecuencia que en cualquier otro sitio. La evaluación procede de más de una fuente, las condiciones de su comunicación pueden variar de formas muy diversas, es posible que tenga uno o más referentes y que su calidad se extienda desde lo intensamente positivo a lo intensamente negativo.

La fuente principal es el profesor. Otras veces los propios compañeros (risas, aplausos). También la autovaloración. A veces lo juicios son secretos para él o hasta para sus propios padres (CI; resultados de Tests). Otras veces los juicios son formulados delante de otros.

Existen otros dos referentes de evaluación muy comunes: uno centrado en la adaptación del estudiante a las expectativas educacionales, el otro su posesión de rasgos específicos de carácter. Algunos niños son más elogiados o sancionados que otros, premiados, alabados, rechazados por su actuación conductual y no por sus logros académicos.

La aprobación depende de la aceptación de su conducta por parte de compañeros y profesores (alabado por un maestro por su actividad creativa, despreciado por sus compañeros por su forma afeminada). Los estudiantes se interesan por la aprobación de las dos audiencias.

Aunque las prácticas docentes facilitan la adaptación del estudiante a la evaluación, aún le resta a éste tres tareas:
1. Comportarse de manera que promueva el elogio y reduzca el castigo;
2. Tratar de difundir las evaluaciones positivas y ocultar las negativas;
3. Tratar de ganar la aprobación de las dos audiencias.

Ser un buen estudiante sin dejar de ser un buen compañero, hallarse a la cabeza de la clase, mientras se permanece dentro del grupo.

Aprender a engañarOtra trayectoria que siguen la mayoría de los alumnos es comportarse de modo que se disimulen los fallos en el cumplimiento: en suma engañar. Aprender a desenvolverse en la escuela supone, en parte aprender a falsificar nuestra conducta.

Conviene señalar entre motivación "extrínseca" (realizar el trabajo escolar por las gratificaciones que aportarán las buenas notas y aprobación del profesor) y la "intrínseca" (realizar el trabajo escolar por el placer que surge de la propia tarea). Si queremos que los niños sigan aprendiendo después de abandonar el aula sería oportuno restar gradualmente a las notas y a otras gratificaciones "extrínsecas" y centrarnos en lograr que el alumno obtenga sus principales satisfacciones de las propias actividades del aprendizaje.

El poder

La diferencia de autoridad entre el profesor y sus alumnos se corresponde muy claramente con los aspectos evaluativos de la vida en el aula. El niño debe aprender a cumplir con los deseos de los otros. Un rasgo de este mundo es la autoridad del adulto. No es lo mismo en la escuela que con los padres por la relación afectiva de estos últimos.
El padre es crlamente restrictivo (no hagas esto o aquello). El educador es prescriptito: "Hazlo!" El estudiante sentado frente a una mesa está en posición de hacer.
El trabajo y el juego tienen importantes consecuencias en la vida humana. Pero el trabajador podría dejar de trabajar si lo que está haciendo no le gusta y hacer otra cosa. Pero si un niño se negara a obedecer se pondrían en marcha los engranajes de la justicia retributiva. Los estudiantes están involuntariamente comprometidos con la institución mientras que el docente tiene más libertad de movimiento y aún la libertad de abandonar la institución.
Bajo las condiciones de desigualdad, los alumnos: buscan aproximarse a los profesores ( a través de favores especiales "la manzana") o ocultando palabras y hechos que pudieran desagradar a las autoridades. Puede que se abuse del poder en la escuela como en otros lugares, pero es un hecho vital al que debemos adaptarnos.
Así, multitud , el elogio y el poder se combinan para dar un sabor específico a la vida en el aula y forman colectivamente el currículum oculto que cada alumno y cada profesor deben dominar para desenvolverse satisfactoriamente en la escuela. Resulta útil concebir la existencia en el aula de dos Curriculums y podemos preguntarnos si las mismas fuerzas son responsables de los logros intelectuales de los alumnos.






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